Es algo que como padres tendemos a pensar, ya que si mi hijo no come o si solo toman leche, son razones para que necesiten vitaminas para estar sanos. ¡Pero esto es falso!
A partir de los 6 meses el bebé aumenta sus requerimientos de minerales y vitaminas, por lo que no pueden ser cubiertos exclusivamente por la leche materna o su fórmula láctea, pero basta con proporcionarlos con alimentos complementarios adecuados, sin necesidad de administrar suplementos.
Las vitaminas no se pueden producir, las obtenemos a partir de los alimentos, pero a pesar de esto, los déficits de vitaminas en nuestro medio, a excepción de la vitamina D, son muy raros, incluso en los niños y niñas que 'no comen'.
A veces son mayores las expectativas de los padres por la cantidad de alimentos que deben consumir, en otras ocasiones porque se llenan de alimentos que no los nutren y cuando llega la hora de la comida están llenos. Los niños y niñas saben muy bien la cantidad de alimentos que necesitan.
Es importante que sepas que los dos primeros años de vida el crecimiento de los niños es muy rápido y el alimento más importante en esta etapa es la leche, tanto si es su leche materna o su fórmula, sumada a su alimentación complementaria. Después de los dos años de vida, el crecimiento es más lento y su apetito disminuye.
Los niños son capaces, si les damos la confianza, de saber cuánta comida necesitan. Los padres y madres somos los encargados de decidir qué come, cuándo y cómo va a comer. Nos puede parecer que comen poco, pero lo más probable es que coman lo suficiente.
Dicho esto, si nuestros hijos comen lo que necesitan, ¿para qué van a tomar vitaminas? No les van a dar más sensación de hambre, ni nos darán ningún beneficio que no nos dé una dieta basada en frutas, verduras, carnes, pescado y legumbres.
Existen algunas excepciones como la vitamina D, la cual obtenemos principalmente la exposición solar, y en ciertos casos de falla de crecimiento y ganancia de peso, en niños prematuros o con condiciones específicas que tu médico pediatra debe evaluar.
No existe un medicamento mágico que abra el apetito y haga que coman mejor, deben evaluar muchas otras condiciones en los casos que realmente tu hijo no coma bien.
Por ejemplo:
Una alimentación sana, disfrutar del tiempo libre, un libre movimiento, contacto con la naturaleza, actividad física y un buen entorno familiar los hará fuertes y sanos.
Recuerda necesitaremos evaluar su crecimiento, es decir, su peso y su talla, y descartar posibles causas que estén afectand. Únicamente en algunos casos sí necesitaremos suplementación con vitaminas.